viernes, 21 de junio de 2013

Léon y Louise, una historia de amor



Verano de 1918, la Primera Guerra Mundial está a punto de terminar, Léon le Gall es un joven rebelde de apenas diecisiete años que ha decidido dejar los estudios y trabaja como ayudante en la estación ferroviaria de Saint-Luc-sur-Marne, en la costa de Normandía. Allí es donde conoce a la hermosa  Louise Janvier, y entre ellos surge un sentimiento puro, noble y profundo. Sin embargo, todo salta por los aires cuando Louise desaparece durante un bombardeo de la aviación alemana. Abatido por la pérdida, Léon logra reconstruir su vida. Se casa, tiene hijos y empieza a trabajar como científico para la policía, pero nunca conseguirá olvidar a Louise.  

El encuentro:”vio a una joven en una vieja bicicleta de hombre bastante oxidada…al cabo de unos segundos ella lo alcanzó, lo saludó con la mano, le gritó Bonjour! Y paso delante con tanta facilidad como si él estuviera parado al borde de la carretera. La vio empequeñecerse en la extensa llanura, mientras la intensidad del chirrido iba disminuyendo, y al final desaparecer en el punto en el que la doble hilera de plátanos convergía en el horizonte…trató de retener su imagen…veía la blusa de lunares, las piernas pedaleando, los gastados zapatos de cordones y la sonrisa, que no solo había sido bonita, sino arrebatadora…”

Una invitación:
_" Daré un paseo por los acantilados, recogeré cosas absurdas en la playa y buscaré un sitio seco para dormir.
_ ¿quieres que vaya contigo?
_ Me gustaría
_si voy contigo, querrás meterte dentro de mis bragas.
_No
_ ¿me tomas por idiota?, todos los hombres quieren meterse dentro de las bragas de una chica si está sola con ellos en las dunas.
_ Cierto, admitió Léon, pero yo no lo haré.
_ ¿ah, no?
_ No. No es lo mismo lo que se quiere que lo que se hace.”

Tras pasar la noche en la playa, emprenden el camino  a casa en bicicleta, pero en el camino se encuentran con los fogonazos de la artillería alemana que separará sus caminos para siempre.

Después de diez años, en los que Léon ha dado por muerta a Louise, se vuelven a encontrar, ahora Léon es un hombre casado, con hijos, que trabajaba en el laboratorio de la policía Judicial de París:
“en un rincón junto a la ventana, Louis y Léon estaban sentados muy juntos. Él le rodeaba la cintura con el brazo derecho, ella estaba apoyada en su hombro, ambos se cogían de la mano…
_ oye Léon, dentro de una hora volveremos a estar en París. Tienes que prometerme una cosa.
_ ¿el qué?
_ no quiero que me aceches.
_ ¿cómo?
_ ya me has entendido. No volveremos a vernos, no tendría sentido y no conduciría a nada…
En la vaguada que precedía a la periferia de la ciudad había un banco de niebla. Sacaron dos mantas del maletero y caminaron abrazados hasta el lindero del bosque, donde se amaron hasta el amanecer, al claro de luna, en la blanda hierba entre dos matorrales.”

“Louise y Léon no se vieron ni tuvieron noticias el uno del otro durante los siguientes once años, ocho meses, veintitrés días, catorce horas y dieciocho minutos… el día en que Louise iba a volver a dar señales de vida empezó como uno de los más estrafalarios de la historia de Francia. Era viernes, 14 de junio de 1940. Aquella primavera, tras el estallido de la guerra había sido de una belleza y un ansia de vivir nunca vistas…la Wechmacht había entrado de puntillas en París… no se había disparado un solo tiro, ni gritado ninguna orden, tampoco había explotado bomba alguna. Al amanecer, los alemanes simplemente estaban allí…”
“soy yo tu Louise que te escribe… mientras escribo sentada en mi camarote, unos soldados descargan nuestro tren de mercancías. No lo creerás pero junto con mi equipaje va una gran parte de las reservas de oro del Banco Nacional de Francia (en el que trabaja como mecanógrafa)… es curioso sólo ahora que nos separan un océano, una guerra, quizá un par de continentes, además de los años ya pasados y los que aún van a pasar, puedo volver a sentirme cerca de ti.”

Tras enviarle algunas cartas más, finalmente en octubre de 1945, cuando la guerra termina Louise regresa a París. “En los años siguientes Léon y Louis se vieron mucho, muy a menudo en el muelle del Arsenal.”

De este libro puedo decir que me ha gustado todo, desde los personajes, tan fuertes, luchadores, tan irremediablemente  condenados a las circunstancias que les ha tocado vivir, el estilo de Alex Capus, con su prosa sencilla, con pequeños toques de humor, que se lee y disfruta con facilidad dese el principio, hace que sea fácil imaginarse las calles de París bajo la ocupación nazi, por las precisas descripciones y lo bien que está documentada la novela en general; y la historia de amor conmovedora e invencible que triunfa por encima de dos guerras y de otros tantos muros personales, pero sin duda es esa imposibilidad de alcanzar la plenitud, esos obstáculos a la felicidad, lo que más me ha atraído del libro, pues creo firmemente que la vida real está llena de ejemplos parecidos, no sólo en el amor sino en todos los aspectos que conforman nuestra existencia: la amistad, el trabajo, la familia... Y la inmensa mayoría de las veces no es el destino, sino  nuestros prejuicios y cargas mentales, las que nos impiden alcanzar aquello que verdaderamente queremos.
Por todo esto, recomiendo fervientemente su lectura. Este libro es literatura en estado puro.





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