jueves, 28 de mayo de 2015

Distintas formas de mirar el agua



Acabo de leer la última novela de uno de nuestros grandes escritores, Julio Llamazares. Una novela corta, pero profunda, que como todas las del autor, deja huella en el corazón.

 En 1968 se llenó el embalse del Porma y anegó algunos pueblos leoneses, lo que obligó a sus habitantes a ser realojados lejos de allí, en tierras palentinas.
Ferreras, el pueblo del abuelo Domingo, fue uno de los que desapareció bajo las aguas, así que cuando éste muere la familia decide cumplir la última voluntad del abuelo que no es otra que el deseo de que sus cenizas  sean arrojadas a las aguas del pantano. La obra transcurre en un corto periodo de tiempo, el que se tarda desde la carretera en la que la familia ha dejado los coches, hasta la orilla del embalse. La novela está compuesta por los testimonios de los miembros de cuatro generaciones de ésta familia, cuyos personajes nos narran sus vidas cruzadas y sus soledades, todas iguales, todas diferentes. A la orilla del embalse que guarda su pasado, todos saben que hay "distintas formas de mirar el agua" y que "depende de cada uno y de lo que busque".Cada uno mira el paisaje de una manera, para el yerno Miguel "es algo maravilloso", para Maria Rosaria (novia de un nieto) " sobrecoge este paisaje sin alma".

Es una novela sobre el desarraigo, lo que dejamos atrás, sobre los lugares a los que ya nunca regresaremos, la infancia como el territorio que marca la existencia de cada persona,( todos sabemos que la verdadera patria de los hombres es su infancia). las luces y las sombras del progreso están muy presentes en este libro, aparentemente simple y sencillo pero que consigue conmover al lector,y hace que le dé vueltas a la cabeza.
Pero el tema que da más fuerza a la novela es la relatividad de la mirada, ya reflejada en el título maravilloso, "distintas formas de mirar el agua", porque así es, no hay dos miradas iguales ante un mismo hecho, por muy impactante que sea, cambia por completo en función de la experiencia de quien lo percibe.
Otro tema que deja entreverse en la novela es el arrepentimiento, tanto de hijos como nietos, por no poder pasar más tiempo con los mayores de la familia, tanto padres como abuelos, así lo manifiesta Susana, una de las nietas: "pero la vida lo complica todo. La vida y nosotros mismos, que enseguida relegamos y olvidamos a las personas a las que más queremos en favor de otras menos importantes. luego nos arrepentimos.", y así es en muchos casos, por circunstancias de la vida, no podemos dedicar todo el tiempo que quisiéramos a quienes nos lo han dado todo...

La grandeza de las novelas de LLamazares no radica en una gran o compleja trama de muchos personajes o enrevesadas historias, sino en la pureza de su escritura y en la sencillez de sus propuestas.

Así que, como no podía ser de otra manera,recomiendo sin ninguan duda su lectura.