Acabo de terminar la lectura del libro de Mara Torres " La vida imaginaria", premio finalista planeta 2012.
Quizás algunos la conoceréis porque es una buena y reconocida periodista que actualmente presenta las noticias de la 2 y el programa "Torres y Reyes" de la misma cadena.
Es uno de esos libros que quieres que te guste, que tratas de darle una oportunidad cuando llevas unas cuantas páginas leídas y ves que no te dice nada, que es vacío y soso; sigues leyendo,esperando algo más porque en el fondo piensas que cómo es posible que una buena periodista,una tía inteligente y culta escriba algo tan malo.
A Nata la ha abandonado su novio
Beto con el que llevaba tres años viviendo y ahora está totalmente perdida
sin saber cómo seguir adelante.Su mundo se ha hundido por completo, no sabe qué
hacer sin él, no sabe si podrá seguir viviendo sin él. Tiene que recuperar de
nuevo sus antiguas amistades, hacer vida de soltera y ella se siente constantemente fuera de lugar, desubicada…
A través de las
confesiones que Nata va escribiendo en su diario, somos testigos de todas las
fases de duelo por las que va pasando toda persona cuando es abandonada por su
pareja: negación de la realidad, desesperación, hundimiento en la más profunda
de las depresiones, el comienzo de las salidas descontroladas día sí y día
también, su vuelta al “mercado”, la aceptación de la realidad, la recuperación
de la esperanza de que en algún momento podrá volver a ser
feliz…
En principio el argumento es atractivo,una buena excusa para adentrarse en los misterios del alma humana, en las complejas relaciones de pareja, en los entresijos del amor y el desamor...pero imposible conseguirlo cuando Nata es un personaje vacío, con tan poca sustancia, que desespera.
Todo resulta simplón y predecible. Mientras leía la novela pensaba que esto mismo me podía estar contando mi sobrina de 17 años ( "O sea, jo tía, que fuerte, me ha dejado"), porque el lenguaje es así de sencillo y "guay", pero lo cierto es que Nata no tiene 17 sino casi cuarenta.
Al principio, cuando está en plena fase de duelo porque su novio la ha dejado, todavía es posible enfatizar con ella, piensas ¡qué pobre, qué jodida está..!¡ cuanto duele el corazón cuando duele...!, pero conforme avanza la novela el personaje se va atragantando, empieza a mostrar tanta inseguridad que no sabe si quiere que le quieran o no, compromiso, libertad o que?.
En esos vuelos imaginativos que llenan la novela, que para mi es lo único destacable, también consigue que no se sepa cuando está viviendo su propia vida o una inventada.
Lo bueno es que el libro se lee muy rápido, capítulos cortos, letra grande, espaciosa...
Este libro me ha recordado a otro de una conocida presentadora de televisión, Sandra Barneda con "Reir al viento", que fue una decepción aún mayor. Este libro no pude ni terminarlo de tan largo, absurdo y aburrido que resultó.
Así que, está claro, que una buena periodista no tiene por qué ser una buena escritora.
También está claro que ambos libros están en la biblioteca y para hacerse una opinión hay que leerlos, o al menos, intentarlo, y que todo lo que dice está bibliotecaria que aquí escribe no debe condicionar las elecciones de sus usuarios ya que, a cada cual, que le guste lo que le de la gana.
Yolanda, pués yo como que no lo voy a leer...
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